Hace años hablar de joyería de arte, era casi un sinónimo de joyería alemana. Durante años, hacer joyería artística en Barcelona, era sentirse como que uno actuaba desde la periferia de la Europa central. Afortunadamente aquellas ideas iniciales sobre la renovación de la joyería se han ido diseminando por el mundo, y la globalización de las comunicaciones ha acercado a las personas y a sus ideas, difuminando las centralidades.
Creo que en un mundo global ya no es pertinente hablar de joyería por nacionalidades, pero si de raíces. El paisaje y los diferentes contextos culturales conforman una manera de ver que se hace visible en la obra, dándole diferentes acentos.
El Departamento de joyería de la escuela Massana de Barcelona siempre ha tenido un porcentaje muy alto de alumnos y alumnas extranjeros, muchos de ellos provinentes de Argentina, Colombia, México, y por supuesto de Chile. Todos ellos, personas muy comprometidas tratando de encontrar y desarrollar un lenguaje artístico propio y personal, en un ambiente que estimula a compartir las experiencias creativas y los intercambios. Con el paso de los años, los ex alumnos se han convertido en amigos y colegas con los que uno mantiene contactos y va reencontrándose acá y allá. Por esta razón creo que L’Escola Massana ha contribuido ha este acercamiento, construyendo puentes entre Europa y América.
Por eso, yo que vengo de un país “periférico” del sur de Europa, creo que me es más fácil acercarme y comprender los sentimientos que impulsan a los artistas joyeros de Chile, con los que además tenemos muchos elementos culturales compartidos. Creo que hace más fácil crear complicidades a la hora de compartir nuestras experiencias.
Como profesor he sido invitado a impartir muchos cursos en universidades y escuelas de todo el mundo, pero las experiencias mas enriquecedoras y estimulantes que he tenido últimamente han sido participar en el Symposium Grey Área Gris, que tuvo lugar en la ciudad de México, e impartir un curso del proyecto Nubre, para estudiantes egipcios celebrado en Aswan, en el sur de Egipto. Justamente, dos lugares un poco alejados de esa antigua centralidad que comentaba antes, pero en ambos casos, lo que más me impactó fue sentir una fuerza y un entusiasmo renovado cuando se tiene la percepción de que se esta participando en la construcción de algo nuevo, que puede trasformar las inercias y los prejuicios que tiene la sociedad sobre la joyería convencional desde una perspectiva diferente a la prevalerte hasta ahora, una perspectiva quizás, desde fuera, pero que puede aportar nuevos valores a la joyería artística.
Por esta razón, a parte del honor que significa la invitación a exponer en Chile, en el Centro Cultural de Las Condes, y a impartir un worshop en la escuela de Joyería de Pamela De la Fuente, representa ante todo la posibilidad de compartir mis experiencias, mis ideas acerca de la joyería y de la creación artística, y mostrarlo a través de algunas de las obras realizadas desde los años 80 hasta el 2012. Las exposiciones son una forma de hablar, y el trabajo de profesor también, aunque quizás de una forma mas directa. Para mi un workshop o una clase, no es solo una transferencia de conocimientos técnicos si no sobretodo un espacio para el debate, para la reflexión, para hacerse preguntas, para abrir puertas a nuevas perspectivas, a nuevos horizontes. Tanto en el trabajo como profesor en La Massana como en los worsksops que he dirigido, mi objetivo principal no es enseñar, sino provocar que el alumno o participante del taller, descubra por si mismo lo que en el fondo él ya sabe. Que lo mas importante es que descubra que el ya tiene una personalidad artística y que con el trabajo, con el tiempo, la constancia, la persistencia, y bastante disciplina podrá desarrollar un lenguaje propio y personal con el que podrá expresarse con una voz propia.
Ramon Puig Cuyàs. Septiembre 2012.
Para mayor información sobre la visita de Ramón Puig a Chile aquí.